Juan el Zorro
Juan el Zorro
Serafín J. García es un poeta uruguayo nacido el 5 de junio de 1905, en Cañada Grande, departamento de Treinta y Tres. Fue bautizado Serafín José García. Sus padres eran Serafín García Minuano, y doña Sofía Correa, treintaitresina, integrante de una familia de viejo arraigo en aquel Departamento. Se dice que su madre lo nombró José porque ella era devota de San José. Sus bisabuelos por ambas ramas de origen, tuvieron participación en las luchas por la independencia nacional. 
 
A los 5 años se trasladó con su familia a Vergara, pequeño pueblo de unos tres mil habitantes, donde cursó el ciclo de Enseñanza Primaria. No tuvo otros estudios, habiendo realizado su formación cultural en forma enteramente autodidáctica. Fue empleado de farmacia, aprendiz de tipógrafo, ayudante de rematador público, y poco después de cumplir los veinte años de radicó en la ciudad de Treinta y Tres, donde ingresó a la Policía operando como telefonista y encargado del Archivo de la Jefatura olimareña. 
 
Modesto guardia civil, desconocido poeta y literato, en 1935 comienza a dedicarse a una larga existencia al servicio de la poesía y de la literatura gauchesca del Uruguay. En el año 1936, a poco de ser publicada su primer obra "Tacuruses", Serafín José García recibiría por su obra el "Premio Ministerio de Instrucción Pública". Por Decreto del 18 de febrero de 1936, el Presidente Terra autorizó al Ministerio del Interior para que adquiriera 300 ejemplares de la obra "Tacuruses", a efectos de ser distribuidos en las distintas Jefaturas de Policía del país, "con encargo de hacerla conocer al personal de sus dependencias". También, como justo premio a su esfuerzo, García fue designado por el Artículo 3ro. de la misma Resolución, para ocupar un cargo vacante de Subcomisario en la 8va. Sección (Santa Clara de Olimar) del departamento de Treinta y Tres, aunque continuaría prestando servicios en la propia Jefatura departamental. 
En 1940, Serafín J. García solicita el retiro y se traslada definitivamente a residir en Montevideo.
Luego de la aparición de su primer libro Tacuruses (1935, con prólogo de Ledo Arroyo Torres), por el que obtiene en 1936 el Premio Ministerio de Instrucción Pública, se traslada a Montevideo, donde permanece hasta su muerte. Sus poemas se insertan dentro de la corriente nativista, de la que fue estudioso –según lo prueban las dos antologías que editó, tanto de la poesía como de la narración de esta línea–; el tono de protesta social lo singulariza, sobre todo en algunos textos de Tacuruses. Desarrolló una proficua obra poética y narrativa (en este caso probando suerte, también, en el relato de tema urbano), que no alcanzó mayor reconocimiento. Con el seudónimo “Simplicio Bobadilla” ha publicado crónicas humorísticas, recogidas en Los partes de Don Menchaca y Cuentitos fogoneros.También publica Las aventuras de Juan el Zorro (narrativa para niños), Montevideo, Ciudadela, 1950. Miembro de número de la Academia Nacional de Letras, colaboró en publicaciones periódicas de Montevideo (Marcha, El País, etc.). Murió en Montevideo el 29 de abril de 1985. Parte de su acervo se conserva en la Biblioteca Municipal de Vergara.

Las Aventuras de Juan el Zorro han sido el deleite de grandes y chicos desde que se publicó por primera vez en 1950. Desde entonces las sucesivas reediciones siempre se han agotado.
 
En algunas de ellas el texto original ha sido compendiado y reescrito por el autor para facilitar el acceso del público infantil a una lectura que atrapa desde el primer momento.
 
Se trata de una fábula uruguaya, basada en la agudeza mental del zorro, que permite al autor adjudicar características humanas a diversos animales, para recrear cuentos y leyendas criollas que han sobrevivido al paso de la historia, con el humor como hilo conductor de una expresión literaria sin parangón.
CONTENIDO
La partida. La codicia rompe el saco. Un fallo salomónico. Las gallinas del Águila. La laguna asombrada. Entra en escena el Tigre. Las elecciones. El ciclón. Por hacerle caso al Cuervo. Un pájaro nunca visto. La piedra inclinada. De los yuyos a la cola. Lo que en este mundo se hace. Otra deuda saldada. La miel de caña. Juan "inventa" otro ciclón. Por querer meterse a pájaro. La gallina mágica. Una oveja carnívora. El espejo salvador. La reconciliación. La carrera. La riña. La payada. La serenata. La muerte del Tigre.

ESCRIBEN LOS ALUMNOS 
En la clase leímos las aventuras  de Juan el Zorro. Era un Zorro muy bandido que judiaba a un tigre muy malvado que era el jefe del pueblo.
 
Ese zorro no sabía andar a caballo porque los caballos lo remataban a patadas entonces se consiguió un ñandú muy abombado que lo paseaba por todo el país.
 
En una truqueada del Zorro con el tigre el zorro contrató un ratoncito que de arriba del tirante del rancho le miraba las cartas al tigre y le hacía señas al zorro. Y el pobre tigre que también le decían el overo y montaba un potro llamado refucilo perdió un montón de plata. Y el zorro disparando en su ñandú patas largas le gritaba antes de truquear acuerdese que las paredes oyen y los tirantes ven, mal pal juego bien pal amor don tigre!!
 
Pa ese era un zorro flor de tramposo.
 
Nosotros con pasta de aserrín hicimos títeres con algunos personajes del Cuento de Juan el Zorro y lo representamos en algunas escuelas que visitamos. A todos les gustaba, pero donde se mataban de risa es cuando el zorro simula un ciclón y ata al tigre para que no se fuera a volar con el viento y lo curte a talerazos.
 
Y ese ñandú era muy buen amigo del zorro dejó a su mujer sola con los pichones y el salió a servirle de caballo al zorro... 
 
Y estaba un mano pelada pescando y Juan el Zorro  le hizo creer que esa laguna era asombrada porque le pidió que le prestara unos aparejos y el mano pelada le dijo en la pulpería hay muchos. Yo te acomodo dijo el zorro y a media noche apareció una calavera de vaca entre las pajas  al costado de la laguna echando  chispas por los ojos!! El mano pelada salió disparando y dejó todos los pescados y aparejos que Juan aprovechó, el había preparado la calavera con luciérnagas en los ojos tapadas y cuando las sacudió salieron toditas!!
 
Y otra vez el zorro metió un pariente en una bolsa era un zorrillo y lo hizo creer al tigre que tenía una gallina mágica que cada vez que uno la miraba ponìa un huvo de oro!! Que lo parió dijo el tigre.. dame esa bolsa y dejame vichar esa gallina y le arrancó la bolsa de las manos cuando metió los ojos en la bolsa para ver a la gallina el zorrillo le encajó una bruta miada y lo dejó medio ciego y jediendo por varios días!!
 
El zorro andaba a caballo en un ñandú.
 
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