Excursión al 7 Bocas

Excursión a la cañada del 7 Bocas


La excursión: escolar es una forma de actividad mediante la cual los niños contactan con una serie de elementos y procesos que no se dan en el ambiente escolar. Es un recurso didáctico de valor fermental, creador de intereses e inquietudes, y lo consideramos un instrumento ineludible en la enseñanza de las ciencias sociales y naturales.

Cualquier salida en grupo, sea cual sea el lugar de destino, siempre lleva consigo una serie de aspectos positivos, entre los que destacamos la recreación, la relación interpersonal, el componente lúdico y el aprendizaje fuera de la disciplina escolar. Además, supone un cambio respecto a la rutina a la que los alumnos están sometidos y de este modo tienen la oportunidad de ver nuevos paisajes y ambientes.

 ESCRIBEN LOS ALUMNOS

Al Siete Bocas fuimos a pie porque es la corriente de agua más cercana a nuestra escuela. Es una cañada que recorre los barrios Popular y La Tablada y va a salir allá por el Falcón para desembocar en el arroyo Conventos.

El Siete Bocas es un puente que pasa sobre la ruta 8 y tiene justito 7 bocas.

Llevamos agua que tenía cantidad de pececitos y pulgas de agua para nuestro acuario. También llevamos repollitos y plantas de berro para nuestros renacuajos. Si bien no es profundo tenés que tener cuidado al acercarte porque si te resbalás te embarras todito. Eso le pasó al Bairon, resbaló y tuvo que sacarse la túnica.

Si el 7 bocas tuviera 5 bocas no se llamaría 7 bocas. Se llamaría 5 bocas.

La cañada del 7 bocas es un ecosistema acuático con elementos bióticos o vivos como el caracol de agua y no bióticos o muertos como el agua o una piedra. Me equivoqué, no son muertos porque nunca fueron vivos. Son inertes.


La Lucy se alejó para mirar del otro lado donde había un matorral de yuyos y el maestro le gritó : ¡vení para acá que puede haber víboras! Ahí fue cuando la Lucy pegó un grito de terror y el maestro salió corriendo a verla pero ella ya venía que volaba, que perdió hasta un champión, porque se enredó en un yuyo y se cayó. Parece que vio un bicho como un oso sentado en una piedra que la saludaba con una mano peluda, eso fue lo que dijo tartamudeando, temblando y llorando. Nunca supimos que era porque el bicho cuando ella gritó se asustó y disparó más que ella y se perdió entre los yuyos que tenían como 2 metros de alto y ni el maestro, ni el padre de la Joselin se animaron a entrar. Vimos solo la piedra. El Luis dice que debe haber visto el lobizome del 7 bocas, que parece que a veces aparece de noche, pero lo raro es que era de día. El Chori dice que debe haber sido un gato que estaba tomando sol y lavándose la cara como los gatos y que del susto que se pegó a la Lucy le pareció un oso. Y la Anita dice que capaz que lo que vio fue una nutria de agua y que se dejen de pavadas con lobizomes, pues el tal lobizome ese descubrieron que era un tipo disfrazado con una sábana que salía los viernes de noche, que una vez uno que iba en moto de madrugada al PUL se pegó bruto susto y lo pechó con la moto y lo quebró todito y ahí vieron quien era. Era gente nomás…Yo lo escuché por la radio.

En el siete bocas hay muchos animalitos de agua. Cuando regresamos pusimos una gota de agua en el microscopio y vimos como 200 bichitos que corrían pa todo lado como desesperados. Esos bichitos son millones en un vaso de agua, por eso si tomás agua sin potabilizar se te produce diarrea y vómitos. Te tragás millones de bichos que cuando entran en tu estómago patalean y hacen fuerza para salir. Por eso hay que hervir el agua que no es potable y enfriarla para tomar. Cuando la hervís matás a todos los bichitos. Esos bichitos están muy felices en su mundo: la gota de agua y si te los tragás no les gusta. Se amontonan para salir y ahí es que te viene una bruta diarrea.

 


El agua de ese 7 bocas está muy contaminada. Todo lo que la gente tira en las canaletas viene a parar aquí. No solo tiene microbios sino los venenos que la gente pone para matar los yuyos, el veneno de las pilas que la gente tira en las canaletas y mucho más. Todo va al agua. Al 7 bocas primero, después al Conventos y de ahí al Tacuarí que es de donde sale el agua que tomamos.

Alucinante todos los bichitos que hay en una gotita de agua. La pusimos en tubo de ensayo, estaba media turbia, la dejamos decantar, la miramos al sol y estaba limpita como si fuera de la canilla que también miramos al sol. Pusimos agua de la canilla 1 gotita al microscopio y no se veía nada. Pusimos esa agua del 7 bocas y ¡sorpresa! ¡Hervía de bichitos corriendo para todos los lados!. A simple vista o con una lupa no veíamos nada. El microscopio los aumenta 600 veces por eso los vimos.

Llena de bichitos esa agua del 7 bocas. Y lo mas increíble ¡el maestro conoce una parejita y les sabe hasta el nombre! Son Paramecio y Ameba. Claro el maestro hace como 20 años que los observa y se hizo conocido de esos bichitos.

Ni loca tomo agua de una zanja… hierve de bichos menuditos. Si tomás esa agua te tragás todos esos bichos. Un asco.

Y cuando llegamos de la excursión a la escuela ya estaban los otros niños en el recreo y la Anita atropellada como siempre se fue corriendo adelante para agarrar la merienda y salir primero, pero con tal mala suerte que le fallaron los frenos y se reventó el hocico contra el picaporte del salón y se le cayeron dos dientes. Fue llorando adonde estaba el maestro con los dientes en la mano. El maestro los lavó y los puso en una bolsita con hielo y le dijo a la practicante “Quedate con la clase que la voy a llevar a la dentista”. La llevó en la moto y llegó la hora de la salida y ni la Anita ni el maestro volvieron. Al otro día vimos a la Anita cuando llegó a la escuela con la jeta hinchada y con los dos dientes que se los había arrancado con el pechazo clavaditos en la boca. Nos contó que el maestro golpeó en la puerta de la dentista y dijo “ Dra. traigo los dientes de la Anita en la mano: ¿Nos podés atender?” -“Si” dijo la dentista. Cuando salió el sr. que estaba atendiendo  pidió disculpas a los dos que estaban antes y pasó la Anita. Agarró los dientes y un martillo y se los fue hundiendo a martillazos. Primero uno y después el otro, eso fue lo que Anita nos contó. El maestro agradeció, porque la dentista ni le cobró y llevó la Anita a la casa en la moto y le explicó a la madre que le dijo, “Gracias Maestro, ya me habían avisado”  “ Y vos Anita siempre corriendo y molestando al maestro. Ahora te vas a curar de andar corriendo en la escuela”  Le miramos los dientes y le quedaron como clavados. Pero tenía el labio partido , la boca hinchada  y la nariz negra y por un mes tenía que comer solo cosas blanditas. Eso si correr, dijo que no corre más.

 
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